Fue difícil para quien escribe elegir el título adecuado para esta crónica. Bien podríamos hablar de “juegos mentales” o el laberinto que es la cabeza del golfista a la hora de mantenerse firme en un torneo de máximo nivel mundial.
Dicho esto, podemos empezar hablando de lo que señalábamos ayer en cuanto a la imprevisión en este genial deporte que es el golf. Para decepción de quienes bancamos firmemente a los latinos, nuevamente el sueño de Emiliano Grillo de repetir victoria en el Tour quedó trunco. Fue un domingo muy lejos del nivel que mostró jueves y viernes (finalizó con 29 puntos en total y compartiendo el puesto 27°); en cierta medida, también resultó la continuación de la versión que mostró ayer. Se lo notó frustrado, también tuvo algunos pasajes de mala suerte, y los tres doble bogeys de hoy lo dejaron definitivamente con las manos vacías. No alcanzó el esfuerzo, pero la clave está en lo que viene: no bajar para nada los brazos. Al chaqueño se le vienen los playoffs y hoy tiene prácticamente asegurado jugar dos de los tres torneos que cerrarán el año, en New Jersey (Northern Trust) y el BMW Championship. Revancha habrá de sobra.
Y en esta misma línea podemos hablar de uno de los merecedores del triunfo, quien finalmente se llevó la copa: el sudafricano Erik Van Rooyen. Decimos “uno de los merecedores” porque hubo un gran lote de golfistas que desplegaron un nivel impecable y cualquiera de ellos pudo ser acreedor del torneo. Volviendo al bueno de Erik, decíamos que encuadra en el llamado “juego mental” por la perseverancia en su juego y lo fuerte que estuvo su cabeza en estos cuatro días de competencia. No fue hace mucho que lo vimos destrozando un tee de salida luego de un mal golpe en el PGA Championship. En ese momento todos pensamos cómo puede ser que un profesional pierda los estribos de esa manera exponiéndose a sanciones y cuestionamientos, pero la realidad es que forma parte de la genética misma del ser humano y los golfistas (aún los mejores del mundo) lo son día a día. Justamente por ser los mejores del mundo, también tienen la capacidad de recuperarse al instante de un mal golpe, de una frustración o un enojo con su propio juego, y siguen caminando incansablemente hacia el próximo hoyo, torneo o victoria.
De manera tal que el sudafricano es más que merecido campeón en Barracuda. Sacando el máximo provecho de un campo que hoy volvió a llenar de birdies las tarjetas de los jugadores, también pudo aprovechar las ventajas de sumar de a dos con cada birdie y hasta se dio el lujo de hacer águila en el par 4 del hoyo 8. Cerró con birdie en 18 y firmó una tarjeta de 50 puntos en la general. Un campeonato que le renueva la tarjeta del Tour por dos años más y le permite acceder a varios torneos top para la temporada 2022.
En cuanto al resto de la camada latina, Nelson Ledesma, Fabián Gómez y Mito Pereira pudieron conseguir un top 50 (puestos 30°, 39° y 47° respectivamente) y Camilo Villegas hizo par de cancha para terminar en 70° lugar.
La próxima y última cita de la temporada regular del PGA Tour será en el Wyndham Championship el fin de semana que viene. Ampliaremos por supuesto detalles del torneo y a estar atentos que se viene un análisis completo de los latinos.
Seguilo, como siempre, en No Está Dada.