18 de abril del 2010, Junín Golf Club, última ronda del Nacional de Menores de 15.
Pegué 7:45, en la primera salida, después de un sólido 95. Ni el starter había llegado. Tenía 13 años, era mi 2do (y último) nacional de menores. Durante toda esa semana la mirada se me iba para todos lados, ansiosa, buscando a esos jugadores que me parecían estrellas 👇🏼
Nombres como @juli_lerda @manuarzuaga7 @ignamarino @aletosti1 @jesus__montenegro @marcosmontenegro8 y @chonjose96 eran las principales atracciones del momento.
Al terminar el hoyo 14 me senté en un banco de piedra (probablemente analizando mi prematuro retiro) y vi acercarse a mi papá. Con una expresión de sorpresa, maravillado, me dijo: «No sabés el tiro que acabo de ver…un chico pegó un hierro 3 y pasó por arriba dos montes, la dejó en el green». Yo no le respondí, pero él continuó: «le pregunté el nombre, Franco Romero. Juega a otro deporte…».
La anécdota se repite cada tanto en los asados. Ayer mi viejo vio la entrevista que le hicimos a Franco y me llamó, para recordarla una vez más. Es que @francoromerogolf 🇦🇷 brilló como aficionado, ganó, y mucho, haciendo cumbre a los 16/17. Estaba posicionado como una de nuestras grandes promesas.
Se hizo pro con 17 años. Durante las 3 primeras temporadas del PGA Tour Latinoamerica, fue el miembro más joven. Viajó mucho, con @tommycocha como uno de sus más cercanos. Alternó buenas y malas, se caracterizó por mantener/recuperar la tarjeta en las escuelas clasificatorias.
El tiempo pasó y cada año se le hizo más difícil sostener el status, los sponsors.
De a poco fue rearmándose y a fines de 2019 parecía estar listo para el regreso. Para el comienzo. Ganó en Perú para obtener status completo (PGA LA). Consiguió sponsor…¿Pero? Llegó la pandemia y parecía ser el golpe de knock out para su carrera.
Perdió el sponsor. Tuvo que dar clases para mantenerse. La competencia era un hobbie cada vez más esporádico, más complejo de sostener.
Un día decidió con su esposa tomarse unas vacaciones. El destino era Mar del Plata. El resultado sería un regreso de película. Un nuevo comienzo…
«Me apodaban Franquito porque tenía 17 años y viajaba con todos los profesionales. Tengo 29, esposa y una hija, y algunos me siguen diciendo Franquito».
En los extravíos
nos esperan hallazgos,
porque es preciso perderse
para volver a encontrarse.
(Eduardo Galeano)
Franco Romero y otra historia argentina que vale la pena conocer: Disponible en YouTube NED:
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Por Martín Rodríguez Consoli