Putt y paciencia: las claves de los últimos campeones del US Open

Caracterizado por ser uno de los torneos más prestigiosos del golf mundial, y proponer un desafío en el que los golfistas usualmente ganan con scores altos, una nueva edición del US Open comenzará este jueves en Torrey Pines, y a continuación, se repasarán cuales fueron las claves de los últimos campeones.

2010: Graeme McDowell: La edición de ese año será recordada no solo por la victoria del norirlandés, sino también por uno de los mayores colapsos en la historia del golf. Con tres golpes de ventaja, Dustin Johnson abriría con par el domingo que debía ser la realización de su sueño, y lo convirtió en su pesadilla. Triple bogey en el 2, doble bogey en el 3, bogey en el 4, 7, 11, 12, 16 y 17 lo hicieron firmar una vuelta de 82 golpes, y McDowell, que tampoco jugó bien pero fue consistente desde el tee y no desentonó sobre el green cerró el domingo con 74 y par de campo total, a uno del francés Havret, a tres de Phil Mickelson y Tiger Woods y a cinco de Dustin Johnson.

2011: Rory McIlroy: Líder desde el primer día, Rory aprovechó que la cancha jugó fácil por la lluvia, que ablandó los fairways y greens. Al viernes ya tenía seis de diferencia, y a medida que fueron pasando los días su nivel no bajó. Marcó el récord de menor cantidad de hoyos para llegar a -10 (26 hoyos, 13 menos que el récord previo), y cerró con -16 (65-66-68-69) producto de una gran distancia desde el tee, buenos approachs y un excelente putter. Terminó con ocho de ventaja sobre Jason Day y su conquista nunca peligró.

2012: Webb Simpson: Uno de los US Open más cambiantes. El domingo comenzó con Jim Furyk y Graeme Mcdowell como líderes y Simpson a cuatro golpes, quien no lideró nunca hasta el hoyo 13 del domingo. Furyk hizo 4 bogeys sin birdies, Mcdowell firmó seis bogeys y tres birdies y Simpson hizo birdies al 6,7,8 y 10 y cerró con un total de +1, un golpe menos que Mcdowell y Thompson. Tuvo un juego basado en regularidad desde el tee, buenos approachs y un gran dominio de los difíciles greens del Olympic Club.

2013: Justin Rose: Será recordado como el torneo que Phil Mickelson lideró hasta el domingo y no ganó. Comenzó con un golpe de ventaja el último día, y los fantasmas del major que le falta aparecieron. Dos doble bogeys y tres bogeys, con serios problemas sobre el green lo llevaron a cerrar a dos del campeón. Rose por su parte jugó vueltas seguras (71-69-71-70), con el putter como su aliado para cerrar una semana exento de doble bogeys.

2014: Martin Kaymer: Nadie pudo competir contra el alemán. Vueltas de 65 y 65 establecieron nada menos que seis golpes de distancia por sobre Eric Crompton y Rickie Fowler. Y esa diferencia se reduciría solo un golpe el sábado, pero se agrandaría nuevamente el domingo, día en el que Kaymer, con magníficas lecturas sobre el green y un excelente manejo de la presión, estiró a ocho golpes, y mostró a un Kaymer que dominó la cancha de Pinehurst a la perfección.

2015: Jordan Spieth: Luego de ganar el Masters en abril de ese mismo año, el texano lograría el segundo major de su carrera tras una semana electrizante. Tras cerrar los primeros 9 del domingo, Dustin Johnson era el líder por dos golpes, pero una seguidilla de bogeys en el 10, 11 y 13 revertirían la ecuación. Con dos golpes de ventaja, Spieth cometería un error grave en el par 3 del 17, con un doble bogey producto de tres putts que nuevamente pondría a los dos en -4. Spieth pegaría un buen drive, un excelente segundo golpe con su madera, y en dos putts concretaría el birdie, que tras el par de Johnson alcanzaría para finalizar primero. Además de un gran juego con el putter, su especialidad, Spieth dominó los golpes entre 270 y 290 yardas con sus maderas a la perfección, que le dieron la chance de puttear para eagle, o para hacer birdie sin sobresaltos.

2016: Dustin Johnson: Con cuatro golpes de diferencia, el líder tras la ronda del sábado era el irlandés Shane Lowry, que debía apuntar a una vuelta regular para ganar sin problemas. En cambio, el irlandés viviría un calvario, puesto que haría nada menos que siete bogeys y un solo birdie, para cerrar con 76 golpes. Andrew Landy, segundo junto a Johnson en el inicio también decayó, y firmó 78 golpes. Dustin por su parte, con el recuerdo del 82 de 2010, y el subcampeonato a uno del año anterior, jugó un golf digno de campeón, apelando a su distancia desde el tee, a su buen manejo de hierros y wedges, y a un putter que esta vez si lo acompañó, que lo llevaron a ganar su primer major con -4, tres golpes sobre Lowry, Furyk y Piercy y nueve sobre Landry.

2017: Brooks Koepka: En un año donde la cancha de Erin Hills se mostró sumamente accesible, y permitió la vuelta récord de 63 golpes de Justin Thomas, fue Brooks quien más lo aprovechó el domingo, con seis birdies y un bogey, para cerrar en score récord de -16, igualado con el de Rory en 2011. Distancia, excelente manejo de los wedges y estupendos putts para concretar las chances de birdie fueron las claves de la primer victoria grande del oriundo de Florida, que le sacó cuatro golpes a Harman y a Matsuyama.

2018: Brooks Koepka: Primer bicampeonato en US Open desde los de Ben Hogan en 1950 y 1951. Tras los primeros dos días, Dustin Johnson era quien mejor dominaba la cancha, con -4 total y cuatro de diferencia por sobre Piercy y Hoffman. El sábado protagonizaría otra vuelta para el olvido, con 77 golpes que a pesar de todo, lo harían mantener la punta, esta vez con +3 e igualado con Daniel Berger, Tony Finau y Koepka. Y en un domingo muy cambiante, el único que no se movió fue Brooks, que con excelentes approachs capitalizados con el putter hizo 5 birdies y 3 bogeys, se aferró al liderato y cerró en +1 total, con un golpe de ventaja sobre Tommy Fleetwood, que con 63 golpes se quedó a las puertas de una de las mayores remontadas de todos los tiempos.

2019: Gary Woodland: Una nueva edición en Pebble Beach dio como resultado scores bajos y una disputa entre el vigente bicampeón Brooks Koepka y Gary Woodland. Con un golpe de ventaja, el domingo fue de Woodland, que demostró una vez más la importancia de manejar el putter a su gusto, embocando durante toda la semana desde lejos, y cerrando con un birdie desde 30 pies, que le dio su primer major y su cuarta victoria en el PGA Tour.

2020: Bryson DeChambeau: El poseedor de la mayor distancia desde el tee sacó a relucir su mejor golf en la edición 2020 en Winged Foot. Promediando más de 325 yardas, DeChambeau utilizó su potencia para llegar al domingo con chances, a dos golpes del líder Matthew Wolff. El día definitorio supuso la tarde cúlmine de DeChambeau, ya que mientras Wolff cerraba en +5, Bryson firmaría un eagle, dos birdies y un único bogey, para sacarle seis de ventaja al anterior líder, y demostrar así que su estilo puede dominar canchas difíciles, a pesar de no haberle sido tan efectivo en lo que a fairways en regulación respecta.

Enmarcadas quedan ciertas características en la mayoría de los campeones. Se mantienen regulares desde el tee, juegan buenos segundos golpes y sobre el green hacen la diferencia. En la dura cancha de Torrey Pines deberán tener en cuenta la densidad de los roughs y la difícil lectura de los greens, por lo que aquel que mejor maneje esas áreas, y sea paciente en la espera del error ajeno, será candidato a consagrarse.

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