Casi todo listo en Whistling Straits para comenzar con una nueva edición de la Ryder Cup, un torneo que respira golf de una manera diferente. Un campeonato en que la gente y los festejos de los jugadores le dan un tinte “futbolístico” a un deporte de tanta tradición y etiqueta como es el golf. Una copa en que las emociones están a flor de piel y muchas veces nos deja momentos memorables, como “el milagro de Medinah” en la edición de 2012 o el tremendo match entre McIlroy y Reed en Hazeltine 2016.
Pero esta vez vamos a hablar del recuerdo más reciente: la Ryder Cup jugada en Le Golf National (París) en 2018. Fue la segunda copa jugada en el territorio continental de Europa -sin Gran Bretaña ni Irlanda- después de la que se realizó en España en 1997. El equipo de Estados Unidos llegaba como campeón defensor tras haber ganado 17-11 en Hazeltine dos años atrás. Pero había una estadística que les pesaba, y mucho: las últimas 5 ediciones en tierras europeas fueron derrotas. Es decir que desde 1993 el equipo norteamericano no se lleva un triunfo de sus visitas al Viejo Continente. Y en París la historia no iba a ser diferente.
La jornada de viernes por la mañana terminó con un resultado de 3 a 1 en favor de Estados Unidos en el formato fourball. El único punto europeo lo conseguiría la pareja formada por el inglés Tommy Fleetwood y el italiano Francesco Molinari, quienes serían clave todo el fin de semana. En los foursomes de la tarde la historia fue diferente. Los comandados por Thomas Bjørn ganaron los cuatro matches y dejaron Europa arriba por 5-3.
El sábado siguió con pocas alegrías para el equipo de Jim Furyk: de los cuatro fourballs matutinos sólo la dupla Spieth-Thomas sacó un punto. La sesión de la tarde fue empatada, con dos matches para cada equipo. Terminados los formatos por parejas, había una que se retiraba invicta. La misma pasaría a la historia como Moliwood, nombre que surge de combinar los apellidos de Molinari y Fleetwood.
El marcador mostraba a Europa arriba por 10-6 de cara a los matches individuales del domingo. Estados Unidos puso lo mejor en los primeros matches y se llevó 3.5 puntos de los primeros 5. El comeback parecía posible. Pero Europa se despertaría y ganaría los siguientes seis juegos. Phil Mickelson yéndose al agua y concediéndole el partido a Molinari, y luego Alex Noren embocando desde lejos terminando con el rookie Bryson DeChambeau serían los momentos clave de la victoria final europea por un resultado de 17 ½ a 10 ½.
¿Qué nos dejó la sexta victoria al hilo de los europeos como local?
- Moliwood, una dupla infalible: Tommy y Francesco ganaron los cuatro matches que jugaron juntos.
- Molinari se transformó en el primer jugador europeo en llevarse cinco puntos para su equipo, el máximo posible individualmente en la Ryder Cup.
- Sergio García se transformó en el jugador que más puntos cosechó en la Ryder (25 ½ en 9 apariciones, sobrepasando el récord Nick Faldo de 25 puntos en 11 apariciones).
- Tres jugadores no sumaron puntos, y todos fueron del equipo norteamericano: los old school Tiger Woods y Phil Mickelson, y el debutante Bryson DeChambeau.
- La mejor pareja del equipo estadounidense la compusieron los amigos Jordan Spieth y Justin Thomas, que ganaron 3 y perdieron 1.
- Phil Mickelson y Tiger Woods se convirtieron en los jugadores con más derrotas en la historia de la Ryder Cup (22 y 21, respectivamente).
- Dustin Johnson, que llegaba como número uno del mundo, fue una de las grandes decepciones: ganó 1 y perdió 4.
Estados Unidos calificó a la derrota en París como avergonzante y buscarán revertir la imagen ante su público en Whistling Straits con un equipo joven plagado de estrellas. Seis de los doce jugadores repiten: Spieth, Thomas, Koepka, DeChambeau, Dustin Johnson y Finau. Los nuevos son: Berger, English, Schauffele, Morikawa, Scheffler y Cantlay. Por su parte, los europeos tendrán una baja sensible: Francesco Molinari no jugará por un problema en su espalda. Siete de los convocados estuvieron en la edición parisina: McIlroy, Rahm, Casey, Hatton, Poulter, García y Fleetwood; mientras que otros cinco fueron reemplazados por Westwood, Fitzpatrick, Lowry, Hovland y Wiesberger.
Como casi siempre parece que el equipo estadounidense llega con ventaja por el peso propio de sus nombres, pero la mística de los europeos intentará hacerle frente y defender el título obtenido en París en 2018. Si de algo estoy seguro, es que será una Ryder Cup apasionante. ¡Seguila con nosotros en @noestadada!
Federico Martínez Grimaldi para No Está Dada.