Cuando finaliza el día domingo y tenemos un nuevo campeón, cada torneo le da su impronta a ceremonia de premiación. En varios casos, no solo es el trofeo en metálico y el cheque para el ganador. Existen otras reglas y protocolos que forman parte de la tradición constante, en su mayoría siguiendo un significado particular, de acuerdo a la idiosincrasia de cada competencia.
El ejemplo más claro y conocido toma forma y color en uno de los torneos majors, el Masters. La famosa green jacket que año tras año el campeón vigente le coloca al nuevo, en la perfecta talla y medida. Augusta abrió sus puertas en 1932, y sólo cinco años después todos sus socios comenzaron a utilizar las chaquetas como símbolo de unidad e igualdad, transformándose en los verdaderos supervisores del torneo, actuando de oficiales o marshalls ante cualquier situación inédita dentro de la disputa. Lo curioso es que el saco no pertenece ‘legalmente’ a los socios y/o campeones: es propiedad del club, que la custodia hasta que el socio visite nuevamente Georgia, ya sea solo o con algún invitado para jugar rondas amistosas o, por supuesto, todos los meses de abril en el campeonato.
Algo similar ocurría hasta el año pasado en el A Military Tribute at the Greenbrier, torneo que ya no se disputará más y que tuvo como último campeón al chileno Joaquín Niemann. Otro saco verde era entregado a los campeones, en sintonía con los colores que identifican al Resort de West Virginia donde se disputa el evento, así como para rendirle un homenaje a las fuerzas militares de los Estados Unidos.
Hace una semana pudimos ver en acción nuestra nota en el Charles Schwab Challenge, cuando Daniel Berger se calzó un saco escocés de diseño cuadriculado junto con el enorme trofeo de Fort Worth. Una tradición que, sin embargo, es bastante nueva. Cuando el torneo comenzó en 1946, el ganador recibió una chaqueta azul marino. Sin embargo, seis años más tarde, el club cambió al modelo actual ya que comenzó a importar lana de Escocia. La idea era rendir homenaje a los orígenes del deporte en Gran Bretaña, con sacos sólo disponibles para los miembros del Colonial y los ganadores del torneo. No obstante, el club puede otorgarles una a los voluntarios, miembros del comité del torneo y otros involucrados en el evento, a su discreción. Al igual que pasa en Augusta, los ganadores coloniales no pueden conservar las prendas. Paradójicamente, es algo más ‘duro’ que en el primer major del año, ya que ni siquiera las usan periódicamente como hacen los socios del Masters: una vez hechas, se guardan en el club por comodidad y se ponen en las taquillas de los ganadores cada año cuando éstos llegan al torneo.
Otro diseño a cuadros se presenta en el RBC Heritage de Harbour Town. Cuando los organizadores comenzaron el torneo el fin de semana de Acción de Gracias de 1969, no había chaquetas a cuadros. De hecho, los oficiales del torneo llevaban chaquetas amarillas. Eso cambió unos años más tarde, cuando los organizadores se inspiraron en el famoso estampado de golf de 1790 de Sir William Innes, que era capitán de la Sociedad de Golfistas de Blackheath (Escocia), jugando con una chaqueta de tartán. La imagen de Innes también se incluyó en el logo del torneo, hasta que RBC se convirtió en el patrocinador del torneo en 2012.
TPC River Highlands acoge el Travelers Championship, el torneo de la hazaña de Jim Furyk y el único 58 en la historia del golf. El ganador, en este caso, recibe un blazer azul, con el logo del main sponsor del evento. Durante la premación, puede verse a personas allegadas al torneo y algunos socios del club privado de Cromwell con la misma prenda que el vencedor.
Los otros premios finalizan en dos grandes citas del PGA Tour. Pero dejamos los sacos.
Desde 2017, el Arnold Palmer Invitational destina un buzo cardigan de color rojo al ganador. El estilo y la ropa siempre fueron una parte importante de la vida y la carrera de Arnold Palmer. Se preocupaba mucho por verse y vestirse bien, y una de sus prendas favoritas era un suéter de alpaca, que tenía en una gran variedad de colores.En honor a su estilo icónico e intemporal, el vencedor porta la prenda que Arny usaba a menudo. Prenda que vistió durante su victoria en el Masters de 1964, vendida en una subasta por más de 15.000 dólares. Aunque no fue el primero en usar suéteres de alpaca en el campo de golf. Ben Hogan estaba entre los jugadores que los llevaban en los años 40. Pero, por supuesto, Palmer los hizo geniales, y después de firmar un acuerdo de licencia con Robert Bruce Clothing en la década de 1960, su popularidad despegó.
Por último, el torneo en parejas conocido como Zurich Classic of New Orleans premia a los campeones con una hebilla de cinturón muy particular. Diseñado por Malcolm DeMille, el mismo declara en su diseño: “cuando el Campeonato cambió el formato del torneo de individual a equipo, necesitaron un premio exclusivo para reflejar este cambio. Esta hebilla de dos piezas, de 6×5.35 pulgadas, chapada en rodio, cumplió la tarea. El animado detalle de la hebilla se incluyó para reflejar el espíritu de la ciudad de Nueva Orleans donde se jugó el evento. Y, la pieza terminada fue presentada con un cinturón de cuero y una caja oscura en degradé”.
Créditos imagen destacada: Arnold Palmer Invitational
Por Federico Wiersba para No Está Dada