Así es, Rory Mcilroy, uno de los jugadores favoritos de la gente, volvió a ganar ésta semana en el PGA Tour. Con un score de 25 bajo el par logró imponerse en la CJ Cup ganándole por un golpe a Colin Morikawa. Ésta fue la victoria número veinte del norirlandés en el circuito.
En una cancha que se mostró bastante accesible durante toda la semana, Rory comenzó lejos de los punteros con rondas de 68 y 67 golpes respectivamente (-9). Pero llegó el fin de semana y comenzó a desplegar un nivel sobresaliente, realizando el sábado una vuelta de 62 (10 bajo el par) para llegar al segundo puesto a dos golpes de Rickie Fowler.
La ronda final volvió a mostrarnos fuegos artificiales desde temprano. Emiliano Grillo hizo la mejor vuelta del día, igualando récord de campo con 61 (-11) y eso mostraba que cualquiera desde atrás tenía chances de meterse en la pelea. Morikawa comenzó con unos extraordinarios primeros nueve (29 golpes, menos 7) y se había colocado en la punta del torneo. Pese a ello, Rory pudo construir una muy buena vuelta manteniéndose también en la cima.
Todo estaba muy parejo entre él, Morikawa y Fowler, hasta que Rory hizo águila al hoyo 14 y logró sacar una diferencia de tres golpes que le abrió el camino a la victoria. Morikawa, que venía varios grupos por delante, le iba a poner presión al terminar con un águila al último hoyo poniéndose a un golpe. Pero Rory supo cerrar el torneo con autoridad, dándose buenas chances para birdie en los hoyos finales, y manejando la ventaja con mucha experiencia para terminar ganando por un golpe.
Semanas atrás en la Copa Ryder vimos a un Rory quebrarse como nunca antes. Venía acumulando malos resultados y una gran irregularidad con su juego en general. Para colmo, tuvo una Copa muy floja. Allí, en ese evento tan especial donde las emociones se potencian, «Rors» quería ayudar a su querido equipo europeo, y estaba muy decepcionado con su flojo rendimiento.
A comienzos de esta semana declaró que pudo reflexionar y destacó que le hizo muy bien poder desahogarse públicamente, llegando a la CJ Cup renovado mentalmente. A raíz de esto pudimos ver nuevamente su mejor versión y una gran tranquilidad a la hora de la definir el torneo. Cuando Rory emboca sabemos lo dominante que puede ser, y estos 4 días se lo vio muy cómodo sobre el green.
Este fue el título número 20 de Rory, igualando el récord de Hale Irwin, Greg Norman, Johnny Revolta y Doug Sanders, ubicándose en el puesto número 35 del ranking de los mayores ganadores en el PGA Tour de todos los tiempos.
Rory en mayo de este año había ganado el Wells Fargo y todos pensamos que lo volveríamos a ver en su mejor nivel, pero lamentablemente su juego no fue el esperado quedando solamente en dos torneos del PGA Tour dentro del top 10.
Lo que nos preguntamos todos es si lo volveremos a ver ganar seguido y ser ese Rory que veíamos hace unos años, que nos hacía acordar bastante al joven Tiger Woods. La clave es ganar confianza en su juego, conseguir algunos buenos resultados y entrar en lo que serían «buenas rachas». Yo creo que Rory lo puede hacer, y también es algo que muchos queremos y creemos que logrará. Seguramente esta victoria le dará la confianza suficiente para los próximos torneos que quedan del año, y comenzar a ilusionarnos con un nuevo major, ya que no gana uno desde el 2014.
Finalmente, el fin de semana trajo varios acontecimientos que nos alegran a todos. Por un lado, fue emocionante ver nuevamente a Rickie metido en la pelea de un torneo. Lamentablemente su putter no le funcionó el domingo por lo que terminó en el tercer puesto. También ver a Abraham Ancer en el último grupo, para nosotros latinos es algo que siempre nos gusta, ya que ver jugadores de nuestra región jugando al primer nivel, nos genera ilusión y orgullo. Por último despierta una gran ilusión la última vuelta de Emiliano Grillo que detallamos previamente, cerrar un torneo con récord de cancha es algo muy especial y deseamos que esas sensaciones lo acompañen las próximas semanas.
A seguir todo lo que viene acá, en No Está Dada, el lugar para los fanáticos del golf.
Por Marcos Antonini
Muy buena nota