Se sabía que el Oso Dorado no iba a permitir que Muirfield Village fuera una cancha sencilla, en esta segunda semana de competencia consecutiva en Ohio. Luego de la gran victoria de Collin Morikawa, se esperaba con ansias el desempeño que podían tener tanto Bryson DeChambeau como Tiger Woods, que volvió a competir luego de cinco meses sin actividad.
Pero el protagonista fue otro. Golfista que, gracias a su victoria, se convirtió en el nuevo líder del escalafón mundial. El español Jon Rahm desfiló los tres primeros días de competencia, lo que permitió tener una ventaja de cuatro golpes entrado el día final. Con el campo muy duro y un viento que se hizo sentir, no se esperaban grandes vueltas para el domingo. De hecho, la mayoría de los líderes completaron rondas sobre el par de la cancha, motivo que le permitió a Rahm coronarse en Dublin.
Párrafo aparte merece la vuelta del Tigre. Pasó el corte con lo justo, pero se pudieron ver destellos de su gran juego que le dan un aprobado considerando sus largos meses sin competencia. Es probable que lo veamos recién en tres semanas, con la disputa del PGA Championship en San Francisco. Por su parte, el científico Bryson notó el rigor que impuso Nicklaus en su diseño, haciendo por momentos que perdiera el foco, en especial en ese quíntuple bogey del día viernes en un par 5. ¿Podrá su juego agresivo y largo adaptarse a las canchas más difíciles del Tour?
Volviendo a Jon, se convirtió en el segundo español luego de Severiano Ballesteros en alcanzar el top mundial. Un Top-10 que tiene a casi todos jugadores americanos, con la salvedad de Rory McIlroy y Adam Scott. No obstante, si analizamos el tope del tablero del reciente torneo, está poblado por siete jugadores fuera de los Estados Unidos. ¿Podrá Europa y el Resto del Mundo poner su impronta y desplazar al país del Norte? Al parecer, con la bendición de Jack, Jon Rahm dio el primer paso.
Créditos de imagen: Getty Images
Por Federico Wiersba