Es quizás el mejor jugador de la historia sin ganar un major. Eso está discutido, hay muchos en esa categoría. Para mí siempre fue un símbolo de elegancia, jerarquía y constancia. Marcó una época en Europa y sigue luciendo ese swing tan constante por todo el mundo.
Lee Westwood ha ganado 44 títulos profesionales, en cinco continentes y en cuatro décadas diferentes. Leyenda del Tour Europeo, donde ganó 25 torneos y dos veces la orden de mérito (2000 y 2009).
Además es un emblema de la Copa Ryder, que la jugó 10 veces, ganando siete de ellas. Si logra jugar una edición más, empatará el récord de más apariciones en la historia.
En el año 2010, el inglés alcanzó el tope del ranking mundial, puesto que ocuparía por 22 semanas. Fue el segundo jugador de la historia, junto a Luke Donald, en ser número uno sin ganar un major. Ha estado más de 350 semanas en el top 10 del ranking mundial.
Con estos números nos queda claro que Westwood ha tenido una carrera impresionante, donde ha mantenido la consistencia y el nivel durante mucho tiempo. Ha sabido reinventarse y continuar ganando pese a los cambios tecnológicos y al gran nivel de los jugadores que fueron surgiendo.
Si se tratara de merecimientos, pocos merecerían ganar un major más que él. Salió segundo dos veces en el Masters, una vez en The Open y tercero dos veces en el US Open. Quizás nunca pueda ganarlo, pero eso no empaña de ninguna manera el lugar de privilegio que ocupará en la historia del golf europeo al finalizar su carrera.
Además de ser un gran jugador, siempre fue reconocido por su simpatía y ética. En 1998 durante un torneo del PGA Tour, hizo doble-golpe en el hoyo 14 de la última vuelta, pero lo notaron solamente él y el periodista David Feherty. Lo reconoció al instante para ponerse la multa. Pero esto no fue un impedimento, ya que terminaría ganando el torneo.
Grandeza es la palabra que mejor describe a este legendario jugador. Hoy, ya con 47 años cumplidos, aún tiene varias batallas por luchar.
Gracias por tanto golf, @westwood_lee
Por @tinchoconsoli