El debut fue emocionante. El golf argentino se infló de orgullo al escuchar su nombre y ver los colores en ese escenario. Su nivel en aquella primera ronda no fue para nada negativo, alternó buenas y malas hasta un final desafortunado que la dejó en 5 golpes sobre el par.
En la segunda ronda las sensaciones eran distintas. La emoción de jugar un Juego Olímpico no iba a disminuir. El orgullo por estar usando la celeste y blanca tampoco. Pero Maggie con 18 hoyos de experiencia sabía que tenía que seguir peleando, porque cada tiro era una nueva oportunidad de encontrar buenas sensaciones.
El bogey en el 1 la llevaba rápidamente a +6 y tuvo que «trabajar» la ronda de entrada. A partir de allí empezó a pegar mejor, acertó greenes y tras birdies en 3 y 7 se puso bajo par para el día y +4 total. Luego de un bogey al 9 para volver al par de camcha, Maggie hizo 5 pares seguidos entre el 10 y el 14. Ayer el cierre había sido muy doloroso con +4 en los últimos dos hoyos.
Pero esta vez la argentina supo finalizar la vuelta con mucha autoridad. Birdie al 15, par al 16, bogey 17 y un gran birdie al 18 para firmar 70 golpes y volver a la Villa Olímpica con la satisfacción de haber jugado bajo par. Con este score Maggie escaló 7 posiciones y se encuentra puesto 49.
Tenemos que darle mucho valor a lo que está logrando Maggie. Es difícil comprender lo difícil que es entrar a un Juego Olímpico. Ella tiene 25 años y está viviendo una experiencia que muchos atletas sueñan toda la vida y no logran.
Hitos de este estilo son los que impulsan el deporte. Inspiran a nuevas generaciones. No dejemos de mirarlo desde esa óptica. Gracias Maggie por llenarnos de orgullo y motivar desde el ejemplo a muchas chicas.
La historia no terminó, quedan 2 rondas para seguir disfrutando y quizas también jugando muy buen golf. A dejar todo. Vamos Maggie. Vamos Argentina