Bajo la mirada de los dioses: The Open y sus historias

Introducción

Los jugadores tenían una cita de lujo con la historia. Porque son estas ediciones aniversario ayudan a revalorizar los principios, valores y leyendas fundacionales de nuestro deporte.

La sede evocaba todo lo que significa The Open. Una cancha prácticamente virgen de la intervención del ser humano, donde el golf se juega en su forma más primitiva y vemos reflejada la cultura escocesa-británica.

Las costumbres y tradiciones como protagonistas, en un lugar que nunca necesitó lagos espectaculares para cautivar al público. Alcanza con escuchar el nombre de Old Tom Morris…Alcanza con descubrir tan solo algunas de las miles de anécdotas de los lugares y casas que rodean a la cancha, para darnos cuenta de la magia que tiene este lugar.

Tiger y un probable adiós a St. Andrews

A la mística de la sede y el aniversario, se le sumaba la presencia de uno de los «dioses»: Tiger Woods. Aquel niño que pisaba esos fairways por primera vez en el 95′. El mismo que luego levantaría la Claret Jug 2 veces allí…volvía a estos suelos sagrados.

Desde sus días de preparación en Irlanda, hasta su emocionante caminata del día viernes en el 18. Cada paso del tigre fue disfrutado por el mundo del golf.

No pasó el corte, pero la buena noticia fue que lo vimos mejor físicamente que en el PGA. La falta de rodaje competitivo se evidenció sobre el pasto corto, sin embargo, el análisis de su juego quedó en segundo plano…

Porque la reacción de la gente cuando Tiger caminaba por el fairway del 18 el día viernes fue impresionante. Ahí, cuando la emoción supera a la razón, podemos dimensionar la grandeza de su leyenda. Incluso los periodistas más reconocidos lucharon para describir con palabras el momento, y la mayoría se limitaba a un simple pero claro: gracias Tiger.

Es un probable adiós, porque como él dijo al terminar de jugar…el Open vuelve generalmente cada 5 años a esta sede, y Tiger no tiene certeza de cómo se sentirá entonces. No podemos hacer futurología, ni vale la pena hacerla. Pero tenemos que estar agradecidos por tanto que le ha dado a nuestro deporte, y disfrutarlo cada vez que podamos.

Tiger emocionó a todo St. Andrews

Ior nos infló el pecho de orgullo

Jorgito jugó su primer major, en la mejor parada de los 4 grandes en lo que va del siglo XXI. No era la única bandera argentina en el tablero, porque Emiliano Grillo también se había ganado el lugar a último momento.

Pero la historia de Ior era de un debut soñado, merecido tras años de remar en dulce de leche, y tras haber ganado nuestro Abierto. Desde sus amigos que lo siguieron en una casa rodante…hasta la felicidad y emoción que reflejaban las caras de sus familiares allí presentes.

Fueron 2 semanas que nunca olvidará. La primera de preparación con su gran equipo de trabajo. Con el placer de jugar campos como Carnoustie para ir entrando en modo-links. Y qué decir sobre su llegada a St. Andrews. Porque Jorgito se probó antes los mejores del mundo, en un escenario inmejorable, y no defraudó.

Es cierto, no pasó el corte, pero su gran final del jueves, corriendo en el 18 para terminar antes de la definitiva caída del sol…es prueba de su jerarquía. Ya lo volveremos a ver en campeonatos mayores, de eso no tengan duda. Porque el cordobés que siempre tuvo un swing de película, está alcanzando una madurez golfística ideal para dar el salto a la élite.

Jorge Fernández Valdes

Rory y el corazón roto

Ahora saltemos al torneo en sí. Una cancha seca que se vio indefensa ante la potencia de todo el field. Llegamos a un domingo con scores muy bajos y se esperaba Match Play entre Rory y Viktor…

Obviamente todo el público estaba con el irlandés. Parecía una obra maestra del destino. Era el momento ideal para cortar una sequía de 8 años y los planetas se estaban alineando. Rors no jugó la semana previa (algo que siempre hace), en cambio, practicó con Tiger y se distendió. Durante la semana se lo vio relajado, dejando que el golf fluya…y cuando ya estaba puntero el día sábado, embocó un tiro de 25 yardas desde el bunker para el delirio del público.

Más de uno debe haber tenido una epifanía como la mía. Pensar en Tiger embocando ese chip en el 16 de Augusta…las grandes historias tienen esos momentos de quiebre. Y aunque todo parecía ser de Rory…se volvió a quedar sin nafta el domingo.

Es cierto, no embocó una, no cerró como debía para ganarlo. También es verdad que ya van 17 Top 10 desde su último major (PGA 2014). Pero su golf volvió a brillar como antes, y volverá a tener oportunidades.

A levantar cabeza y seguir peleando Rory, ya va a llegar…

Cameron y su primer beso de major en el lugar y el momento indicado

Pero toda esta charla sobre Rory, de ningún modo le quita mérito al Champion Golfer Of The Year, Cameron Smith.

Un jugador de torneos grandes. Unas manos de miel que enamoran. Una desfachatez para jugar a este deporte que genera envidia.

Explícamelo. Cómo haces 64 el domingo de este Open 150°? Peor incluso, cómo haces 30 de vuelta con tanto en juego? Y además, c⁹mo haces ese 4 en el 17, sin festejar como loco, embocando como si estuvieras en el putting green?

Tantas preguntas con la misma respuesta: Cameron es así.

Ya lo había demostrado en el Players con ese approach y putt «clutch» en el hoyo 72. Y en St. Andrews, adonde todos acertaban greenes, el que más embocó ganó. Porque en la casa del golf volvemos a la escencia…y aunque tengamos tantos bombarderos sueltos, todo se define sobre el green.

Muchos números para charlar. Pero para no aburrir veamos sólo un poquito: con -20 total superó a Tiger como el campeón con mejor score en Saint Andrews (el tigre ganó con -19 en el año 2000), e igualó el mejor score en la historia de los grandes (-20): Jason Day en el PGA de 2015, Stenson en el British de 2016 y Dustin en el Masters de 2020.

El primer beso de major. En el lugar y el momento indicado...
El primer beso de major. En el lugar y el momento indicado.

Filippo Celli y la Silver Medal

El mejor aficionado fue el italiano Filippo Celli. Su nombre me gusta tanto como su juego. Sabe hacer poco, la rompe hace varios años en TCU, (ex universidad de Mateo Fernández Oliveira – Texas Christian University), y tiene un enorme futuro.

Filippo

Gracias por 4 majors con nosotros

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Gracias por estos 4 majors de 22′ juntos. Ojalá vivamos los 4 del año que viene de la misma forma.

Por Tincho Consoli

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