Año 2007, domingo de The Open en Carnoustie Golf Links. La tabla mostraba a Sergio García como líder con -9, seguido por Steve Stricker con -6 y por grupos más alejados en -3 y en -2, con Andrés “Pigu” Romero en este último, a siete golpes del líder.
Tal como lo describió Romero, que había firmado vueltas de 71, 70 y 70, la diferencia que mantenía García obligaba a los perseguidores a salir a jugar más agresivos de lo habitual, en una cancha “de las más difíciles” según la perspectiva del tucumano.
Bajo ese lema, el Pigu salió decidido a recortar la distancia con el líder, y los resultados no tardaron en llegar. Birdies en el hoyo 3, 4, 6 y 8, con un bogey en el 9 marcaron una vuelta de 33 golpes, que lo ubicaba con -5, todavía varios por detrás de Sergio García, que había alcanzado el -10 hasta el comienzo de una seguidilla de tres bogeys en cuatro hoyos.
A medida que pasaban los hoyos el juego del argentino no paraba de mejorar. Se mantuvo concentrado en su swing y su talento con el putter y así siguió con los birdies en el 10 y en el 11 (desde un búnker) para compartir por primera vez el liderato del torneo. Llegaría un primer error, provocado tal vez por la presión de verse arriba, que se vio reflejado en un doble bogey producto de un segundo golpe que se fue por la derecha en el 12, y que pudo haberlo dejado sin chances de seguir peleando.
Ocurrió todo lo contrario, y Romerito encadenó birdies en el 14, 15, 16 y 17 para alcanzar la suma de 10 birdies en el día, poner un -9 en el tablero y retomar su lugar en la punta del campeonato, que en ese momento ubicaba al resto de los jugadores a dos golpes suyo como mínimo.
Con dos hoyos por disputar, el argentino salió por el tee del 17, un par 4 de 461 yardas, con un hierro que se fue por el rough de la derecha, tras un swing claramente afectado por los nervios. El segundo golpe no fue mejor, y no solo que volvió a irse por la derecha, sino que tuvo un rebote que la dejó fuera de límite, y tras el drop, el approach y los dos putts, terminó firmando un nuevo doble bogey.
Con un hoyo por jugar, el Pigu tampoco pudo darse chance de birdie en el 18, y en vez de eso, tras fallar el green, tuvo un putt para par que rodeó el hoyo y salió. Ese mismo par lo hubiera hecho terminar en -7, número que posteriormente lo habilitaría para jugar el playoff contra Sergio García y Pádraig Harrington, del cual el irlandés resultó ganador.
En entrevistas posteriores, el Pigu afirmó: “Si bien esa semana tuve más buena que mala suerte, lo que me pasó en el 17 inclina la balanza, aunque creo que todo pasa por algo”, y sobre como se sintió declaró: “La verdad es que sentí mucha presión, empecé a pensar en muchas cosas, buenas y malas, además de imaginar que pasaría después de ganar el torneo, en lugar de ir golpe a golpe”.
Una semana después, el golf le devolvió una pequeña parte de lo que le quitó, y lo coronó campeón del Deutsche Bank Players Championship del European Tour. Hoy, 14 años después, Andrés Romero sigue luchando para recuperar su mejor versión, y si bien no irá al Open de este año, apunta a volverse a afirmar en el PGA Tour y seguir mostrando destellos de su talento.