Este fin de semana se jugó la tradicional Copa El Hogar en el Golf Club Argentino. Es la competencia mixta más importante del país. Se juega bajo el formato de medal play, primer día Four Ball y segundo Foursome. Tiene tres categorías, la »Campeonato» (gross), »neto» y »Por Parejas de Clubes» (esta es para las parejas que sean de un mismo club y lo quieran representar).
La pareja ganadora del campeonato fue la dupla de hermanos Enrique y Anna Herrlein, quienes con un total de 145 golpes (+1) vencieron con un birdie en el primero hoyo de desempate a Ignacio Rosas y Milagros Suarez. La dupla ganadora estuvo empatada en el primer puesto luego de la ronda de Four Ball, junto a David Gurfinkel y Lorena Rappaport con un total de 69 golpes (-3). Pero como el formato de Foursome es más complicado, los scores iban a ser más altos, como el de los Herrlein con 76 golpes (+4) en el día de hoy, y 79 golpes (+7) de Gurfinkel y Rappaport. La mejor vuelta del día fue la de los subcampeones, Rosas y Suárez, con un total de 74 golpes (+2). En el tercer puesto finalizó otra pareja de hermanos, Agustín y María Victoria Dombald, con 146 golpes (+2).
Si vemos las otras dos categorías, los Herrlein representaron a Estudiantes de Paraná, y se llevaron la victoria con 145 golpes (+1), venciendo a los Dombald con 146 golpes (+2), quienes representaban a Praderas de Luján. Y en la neto, Agustín y María Victoria Dombald se consagraron campeones con 142 golpes (-2), superando por dos golpes a Kevin Welzel y Candelaria Villar Urquiza.
Antes de finalizar la nota, quería enviarle un especial agradecimiento a Enrique y Anna Herrlein, quienes yo ayer les hice de marker, y de paso jugué con ellos. Fueron muy amables conmigo y noté bastante las ganas de ganar que tenían, pero lo más importante, fue la gran relación que tienen entre ellos.
La Copa El Hogar, es uno de los torneos más tradicionales de nuestro país. Muchos de los mejores jugadores de la historia de la Argentina, ganaron este torneo. Posiblemente muchos de los ganadores de este trofeo queden en la historia también.
Por Marcos Antonini